Después de la decepción que me llevé con los dos anteriores, esperaba que este libro volviera a hacer que amase esta saga. Pero no ha llegado a ser todo lo que buscaba en él. Seguramente todos los lectores de esta saga estaban deseando conocer de una vez la historia de Cahal (llevamos esperándolo desde el tercer libro y este es el sexto), pero es que después de todo lo que le hacen, no entiendo la mayor parte del tiempo su comportamiento. Si queréis leer las reseñas de los libros anteriores pinchad aquí y os llevará a todas las reseñas anteriores.
Todos sabemos como es Cahal: bromista, juguetón y, sobretodo, un druida; pero, tras verse sometido a toda clase de torturas por parte de su cáraid, su carácter pasa a ser más oscuro. No es capaz de perdonar todo lo que le hizo Miz en los laboratorios, pero también entiende el motivo por el que lo hizo; por lo que nos veremos sumergidos en una relación con unos constantes tira y afloja entre nuestra pareja.
Si hablamos de los personajes, Cahal siempre me había caído bien, pero creo que en esta entrega su personalidad decae bastante. Se vuelve un chulito que solo intenta representar un papel, mientras que en los momentos a solas con Miz se hace el bobo. Esos cambios de personalidad me chocaban un poco a lo largo de la historia. Por otra parte, Miz me ha gustado. Se siente insegura (normal en su situación), pero no se echa atrás e intenta luchar con todas sus fuerzas para conseguir proteger lo que quiere.
En conclusión, es un libro que sigue en la linea de los anteriores en lo referente a su decaída, pero que nos narra una historia tierna y apasionada que no dejará indiferente a nadie.
VALORACIÓN----------------
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